Manolo Victorio / / Lunes 23 de enero del 2017
En el primer día de su autodefensa, después de renunciar al Consulado de México en Barcelona, Fidel Herrera Beltrán se desmarcó de su predecesor, Javier Duarte de Ochoa, de quien dijo “no era lo que Veracruz merecía”.
El ex gobernador se dijo públicamente arrepentido de maniobrar la sucesión de su ex tesorero, “no era lo que yo esperaba”, mencionó al admitir que se equivocó en dejarlo como sucesor en la gubernatura.
En entrevista con el periodista Óscar Mario Beteta, dijo que de ser un funcionario disciplinado, eficaz, serio, “pero después cuando entregué el gobierno (a Javier Duarte), aparecieron personajes y figuras que nunca había visto en el radar, en el tiempo en que estuvieron a mi lado, ahí empezó el distanciamiento”.
Al deslindarse de los escándalos de enriquecimiento ilícito, delincuencia organizada y peculado, delitos por los que la PGR persigue a Javier Duarte de Ochoa desde el 12 de octubre del 2016, Herrera Beltrán dijo: “lamento mucho lo ocurrido en el sexenio posterior a mi administración”.
Acusó directamente a Duarte de Ochoa de incurrir “en abusos y excesos en su administración”, entre los que enumeró el nombramiento de Luis Ángel Bravo Contreras, como “un fiscal amigo a modo”, que actuó con “absoluta discrecionalidad en acusaciones y persecuciones sin fundamento” contra sus enemigos políticos.
Fidel Herrera Beltrán confió en que “se cumpla la ley” en el proceso penal que enfrenta su sucesor, en el marco del debido proceso penal.
Evadió responder las acusaciones que le lanzó el actual gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, quien lo calificó como “un pillo” que permitió que niños enfermos de cáncer hayan recibido quimioterapias falsas cuando fue gobernador de Veracruz.