Veracruz, Ver.

     
ESTATAL


Premiar al vandalismo



Diana Rojas / Crónica / / Domingo 22 de enero del 2017

Entregar vales de despensa por valor de 500 pesos fue la estrategia que el gobernador, Miguel Ángel Yunes, aplicó durante los días que Veracruz estuvo en una crisis de saqueos y manifestaciones.

Los actos vandálicos masivos iniciaron el miércoles 4 de enero por la noche y se intensificaron el día siguiente, tanto el centro como sur de la ciudad permanecieron en cierta estabilidad, sin embargo, la zona norte se convirtió en zona de guerra.

La zona obrera es atravesada por la calle Camino Real, una de las primeras en existir en Veracruz, la cual inicia en la zona residencial El campanario y termina al otro extremo de la ciudad, atravesando la avenida principal Rafael Cuervo hasta convertirse en Camino Real a La Antigua.

Esta enorme calle tiene un tramo en fuertes condiciones de pobreza que se encuentra entre el Walmart de la zona norte y la plaza comercial Las Brisas, donde el gobernador entregó los vales de despensa, por lo que sus habitantes participaron y otros sólo presenciaron los eventos de las caóticas fechas.

Gobernador pródigo

Por dicha calle, un hombre acompañado por su familia da rodillas al piso a causa del calor. Como centenares de personas, Carlos Aguilar, fue uno de los afectados por los saqueos, tenía prendas empeñadas que han desaparecido y la institución de empeños no le asegura recuperarlas ni su valor en efectivo.
Frente a la calle, en la casa de un hombre de edad avanzada discutían con él Carlos y su familia. Ambos afirmaron enérgicamente haber ido a la entrega de vales, de los cuales ya habían gastado su mayoría.

“La verdad que ningún otro gobernador había hecho lo que hizo Yunes ese día, eso sí, quien sabe cómo lo vamos a pagar”, mencionó Fernando el hombre mayor anfitrión.

Fernando había servido en el gobierno y trabajado para varias administraciones, hoy vive en una casa sencilla con puertas y paredes de madera y completada por diversos objetos que la hacen de paredes, en su fachada se lee un versículo bíblico, se sienta en los escalenos por las tardes junto a su perro.

“Cosas muy raras han estado pasando en la ciudad, ayer éramos mil y hoy somos 500, basta con observar la ciudad, ese día yo veía aquí en esta misma calle, gente pasando y pasando con pantallas y cosas de las que sacaron, ahora no las veo, la ciudad se vació”, dice Carlos representando a los saqueadores.

Carlos se dedica a vender agua en una camioneta junto con su hijo de 14 años, sostiene firmemente no haber participado en los saqueos, a la vez que acepta haber asistido a la entrega de vales.

Ahí- señaló- eso no me da vergüenza hacerlo- señala las bolsas de la basura en la esquina de una calle- sacar y vender el kilo que me va a dar unos 25 o 30 pesos.
Ambos hombres recibieron de manos del gobernador un sobre con la tarjeta de 500 pesos de presupuesto para gastar en alimentos básicos. En ese mismo momento acudieron a cambiarlo. A días de aquello Carlos indica que aún tiene crédito disponible.

Todos coludos o todos rabones

Más adelante vive “La china”, una mujer mayor que junto su esposo y uno de sus dos hijos habita un pequeño territorio en camino Real, su casa al igual que las demás es sencilla, las paredes son complementadas por otros materiales como cartón o madera. “La china” estuvo presente cuando Yunes lanzó el mensaje de que al día siguiente repartiría los vales.

A esas personas que viven ahí, ellos llegaron con un refri y hasta cortinas nuevas tienen, todos tienen miedo de que revisen las casas. Todos estamos necesitados y esa era una cosa limpia, pues sólo son unos vales. – opina.

“La china” hubiese querido un vale de los que el gobernador entregó, pero ese día se fue al rancho y cuando volvió la fila era tan larga que ni ganas le quedaron de formarse. Además de que se considera enemiga del sol, y aquel día hacía tanto que su hijo la hubiese regañado.

Dentro de otra de las casas de lámina y diferentes materiales vive una amplia familia. La matriarca afirmó que llegaron personas desde temprano a Chedraui. “Ya había una fila enorme desde muy temprano, nosotros llegamos como a las 9:00 am, estuvimos unas horas nada más".

Durante la repartición de vales marcaron sus manos con plumón y así evitar la doble formación. La familia completa se formó y a cada miembro se le dio el sobre con la tarjeta de plástico. En ese momento entraron al centro comercial y en Chedraui los cambiaron.

“Todos lo estaban haciendo”, dice la madre de familia al preguntarle por su participación en los saqueos a tiendas comerciales.

Por otra parte, la jefa de familia cree que el gobernador no se diferencia de los anteriores. “Pues que voy a opinar del gobernador, no se mucho, pero el debería hacer algo por mejor las cosas en la ciudad”. Su fuente de ingresos se sustenta por un par de triciclos donde transportan los materiales reciclables.

Sobre la calle Joaquín Perea Blanco justo detrás de la plaza Brisas se encuentra la escuela primaria Montoya Limón, frente a esta se ubica una papelería, ahí las personas pasaban a sacar las copias de sus credenciales sin saber que no las pedirían al llegar al lugar de entrega de los vales.

Premio al vandalismo

Hugo, quien atiende la papelería afirmó reconocer a las personas que llegaron a fotocopiar sus credenciales. “Muchas son personas que viven aquí cerca, las ves todos los días que traen a sus hijos a la escuela”.

Después de la entrega de vales, la tarde del viernes parecía pacificarse, sin embargo, por la noche los habitantes de la zona norte comenzaron una paranoia colectiva, sin estar los lugareños satisfechos del saqueo y los vales de despensa se creó el rumor que maleantes estaban entrando a casas y saqueando las mismas. Nadie había sido la víctima, más todos conocían a un familiar o una amistad que había visto “algo”.

Carlos Calero, profesor de sistema penitenciario en la Universidad Cleu de criminalística y criminología, comenta que como medida de seguridad los vales de despensa sirvieron.

“Sin embargo, el gobernador se equivocó, debió ayudar a los pequeños comerciantes cuyos locales fueron no nada más saqueados sino también destruidos, a ellos debió ayudar para que se puedan levantar de nuevo y no premiar a los ladrones”, indicó.

“Más que por los vales los ladrones se detuvieron cuando los jueces de control les dictaron como medida cautelar, la prisión preventiva”, a su parecer por fin la Fiscalía actuó bien.

A pesar de que los elementos policíacos no se dieran abasto e inclusive personas les grabaran mientras estaban presentes en las tiendas y dejaban a la gente seguir sacando productos a manos llenas.

Por otro lado, Carlos Ronzón, politólogo, indicó que las acciones de Yunes Linares, como una medida que trató de conciliar y calmar quizá funcionó, pero solo en la Plaza Brisas, mientras que los demás puntos de saqueos quedaron vulnerables.

“La situación realmente era difícil pues fue un movimiento organizado y que se desbordó. No es fácil atender esas situaciones, lo que si hay que reconocer es que el valor fue mucho por el riesgo al que se expuso, pero no resolvió el problema”, comentó Ronzón.