El País / Madrid, España / Martes 3 de enero del 2017
Ahora sí, ahora no, ahora me lo pienso, ahora me quedo, ahora no, ahora estudio ofertas. Ahora hablo yo, ahora habla mi padre. La historia de James en el Real Madrid se está convirtiendo en un acertijo como el que tienen en la cabeza los que se ponen a deshojar margaritas. El último capítulo —y queda media temporada todavía— empezó en Yokohama después de que el Madrid consiguiera el Mundialito de Clubes.
El jugador colombiano, que disputó 20 minutos en la semifinal y vio la final desde el banquillo, se desahogó con los medios de comunicación en la zona mixta. Normalmente, ningún futbolista que no haya jugado se para, pero James decidió que tenía algo que decir.
“No puedo asegurar que vaya a seguir. Tengo ofertas y tengo siete días para pensar. Estoy feliz en Madrid, pero quiero jugar más. Tengo un punto de amargura por no haber jugado en la final, pero estoy feliz por el título”, afirmó. Sergio Ramos le reprendió haciéndole notar que no era el momento de hablar de temas personales. “Fue un momento un poco complicado, no juegas la final, estás enfadado… Entiendo que a veces es difícil. Pero es complicado para todos. Esto forma parte del pasado ya. Lo que queremos es mirar lo que tenemos por delante y lo que tenemos que hacer juntos”, dijo ayer, conciliador, Zidane.
El 27 de diciembre, día en el que la plantilla volvió a los entrenamientos, el técnico recibió al colombiano con un abrazo según las imágenes que difundieron los medios del club. ¿A qué conclusiones ha llegado James después de haber estado pensando durante siete días?, le preguntaron ayer al técnico. “Que es un jugador del Madrid y que quiere estar aquí porque es el mejor club del mundo. No hay más que hablar de este tema, vamos a seguir trabajando que eso sí que es importante”, contestó Zidane.
El francés, que hoy cumple un año en el banquillo del Madrid, lleva desde principio de temporada repitiendo que James no se marchará porque él no quiere y porque terminará necesitando a todos por lo que el colombiano también tendrá su momento.
“Confianza y minutos”
La polémica parecía haber terminado entre otras cosas porque Zidane nunca se ha mostrado proclive a ella. Los tirones de oreja siempre los ha dado en privado. En público, como mucho, ha hecho hincapié en la necesidad de trabajar. Poco después de las palabras del técnico, el diario AS recogía unas declaraciones del padre del jugador, Wilson Rodríguez. “Cuando estaba Ancelotti mi hijo jugaba bien, jugaba en su posición ideal, ayudando a Modric. Ahora está en un costado y no digo que no lo haga bien porque conozco a mi hijo y es trabajador, humilde y sé que jugará en la posición que le diga el entrenador y lo hará bien aunque no sea su posición ideal. Está donde tiene que estar, su sueño era jugar en el Madrid. Solo necesita tener confianza y que le den más minutos”, declaró.
Zidane, en su política de rotaciones, se los ha dado a todos en estos primeros cinco meses de temporada. Y a James (859 minutos, dos goles y nueve asistencias) le han comido la tostada todos sus compañeros: Lucas Vázquez, Isco, e incluso Asensio. Con la baja de Lucas por lesión, James luchará esta noche contra el Sevilla por un puesto en el once con Isco y Asensio.
En Japón aseguró haber recibido ofertas, pero no así el Madrid. En las oficinas del club blanco no llegaron ofertas formales. Allí tienen claro, además, que, de venderlo, lo harán por cifras que no todos los equipos pueden pagar (James costó alrededor de 80 millones). El mercado se cierra el 31 de enero. Zidane no quiere que James se vaya. Quedan 27 días para ver qué dirá la margarita.