Mediotiempo / Ciudad de México / Sabado 19 de noviembre del 2016
A pesar de ser líderes de la División Sur de la Conferencia Americana, gracias a una marca de seis ganados y tres perdidos, los Houston Texans llegan al “Monday Night Football” en México como la víctima.
La razón es muy sencilla: tras 10 semanas, los Raiders se han consolidado como uno de los equipos a vencer en toda la NFL y las apuestas en Las Vegas los colocan como amplios favoritos con una línea de -5.5.
Sin embargo, dejando a un lado los récords, Houston ha sufrido en demasía este año, principalmente por la inoportuna baja de su estrella J.J. Watt, quien tras solamente tres semanas puso fin a su temporada al ser operado por dolencias en la espalda.
Houston no ha logrado sobreponerse a la ausencia del tres veces Jugador Defensivo del Año; son la defensiva 26 contra la carrera y la 25 en anotaciones permitidas vía la tierra.
Esas cifras no lucen nada favorecedoras ante unos Raiders que son la séptima ofensiva más efectiva.
CARR, INFINITAMENTE SUPERIOR A OSWEILER
La NFL es una liga de mariscales de campo; si cuentas con uno tienes todas las de ganar, si no, lo más probable es que no aspires a mucho.
Brock Osweiler sorprendió a todo mundo al no renovar con los campeones Denver Broncos para después firmar un jugoso contrato de 72 mdd con Houston, mismo que no ha rendido frutos y que puede pasar a la historia como una de las peores contrataciones en agencia libre.
Osweiler es el mayor responsable por la fatídica ofensiva de los Texans (30 en la liga y última en ataque aéreo). El número 17 promedia 5.6 yardas por pase y 4.3 en los últimos partidos, cifras que lo colocan estadísticamente como el peor QB de la temporada.
Del otro lado de la moneda se encuentra el joven Derek Carr, firme candidato al MVP. En su tercer campaña como QB titular de los Raiders, el exjugador Fresno State se está afianzado como ese mariscal franquicia que tanto han anhelado los Malosos.
Carr acumula 354 intentos de pase, de los cuales completó 234 (66.1%) para 2,505 yardas, 17 pases de anotación y tan solo tres intercepciones, cifras que demuestran su inmensa superioridad sobre Osweiler.
APOYO MEXICANO, UN INCENTIVO EXTRA
Por si fuera poco, todo apunta a que los Raiders serán locales en el Estadio Azteca. No es ningún secreto el amor que siente la afición mexicana por los Malosos, uno de los equipos más populares en el país.
La cercanía de Houston con México y el odio general hacia los Raiders hará que los Texans también sean apoyados, aunque sin duda alguna el Coloso de Santa Úrsula se pintará de negro y plateado.