Veracruz, Ver.

     
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Catemaco, una paz sitiada



Manuel Carvallo/Crónica / Catemaco, Ver. / Domingo 13 de noviembre del 2016

Pareciera que la vida en Catemaco se detuvo casi por completo, pocos son los que salen a las calles, solo se ven cientos de policías dispersos por toda la ciudad, sobre todo en las calles del centro de la ciudad.

Por el temor, pese a la presencia de los cuerpos policíacos, nueve de cada 10 comercios están cerrados, es decir, también la economía de Catemaco está detenida y podría estar así los próximos días.

Pese a la reaparición del sacerdote José Luis Sánchez Ruiz y a la llegada a la ciudad del gobernador interino, Flavino Ríos Alvarado y del Fiscal General de Veracruz, Luis Ángel Bravo Contreras, la vida aquí aún no recupera su dinamismo, por la misma desconfianza en las autoridades.

Sin embargo, algo curioso sucede en este pueblo, como en casi todos los pueblos de México, y es que, entre los pocos negocios que abrieron sus puertas, la mayoría son cantinas cuyas rockolas se escuchan más, lejos como queriendo revivir a la gente, como invitándolos a olvidar lo sucedido los últimos tres días.

"Tanto la Fuerza Civil como las policías estatal y federal, permanecerán en el lugar el tiempo que sea necesario", aclaró el gobernador interino Flavino Ríos Alvarado, durante su visita a Catemaco este medio día.
Pese a ello la gente, se niega a salir, como cada domingo, a su parque central que luce desierto, sin niños, sin jóvenes, sin marimba... sin vida.

"Tenemos que esperar algunos días para que todo vuelva a la normalidad, pero primero queremos ver al padre José Luis, queremos que se castigue a sus plagiarios, queremos justicia, solo así habremos de tener una verdadera paz", señalan las personas que esporádicamente pasa frente a la alcaldía, señala hacia la oficina del alcalde Jorge Alberto González Azamar, como culpándolo a él por todo lo ocurrido.

Hasta este momento algunas personas permanecen solamente frente a la iglesia de Los Doce Apóstoles, el único lugar en el que se ven signos de vida, pero mucha tensión.
Todos esperan la aparición de su sacerdote para estar más tranquilos, pero también para iniciar otro movimiento para exigir justicia para el padre y castigo para sus plagiarios.

Ciudad convertida en bunker

La ciudad de Catemaco es un bunker. Toda la Fuerza Civil pareciera pertrechada aquí tras la situación de estallido por la desaparición del padre José Luis Sánchez Ruiz.

Pese a que el sacerdote apareció vivo pero con signos de tortura, dejó intranquila a la población la situación.

Decenas de camiones con elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y la Fuerza Civil arribaron al lugar.

El lugar está convertido en un pueblo fantasma, los negocios se encuentran cerrados y la gente no sale a las calles.

La desaparición del sacerdote es investigada por la Fiscalía General del Estado (FGE) junto con los disturbios que provocaron diversos grupos e incluso vecinos del lugar de acuerdo a los primeros datos.