Aristegui Noticias / México / Sabado 12 de noviembre del 2016
El cartonista Naranjo falleció la noche de este viernes 11 de noviembre a las 23 horas de un paro cardiaco, a los 79 años de edad.
Fundador de Proceso, Rogelio Naranjo Ureño estaba internado en un hospital de Lindavista donde era atendido de una neumonía.
Naranjo, quien nació en Morelia, Michoacán, obtuvo en 1977 el Premio Nacional de Periodismo.
Sus primeros cartones los publicó en la revista Sucesos y el periódico El Día. También colaboró a lo largo de su amplia y fructífera carrera en las revistas El Mitote ilustrado, Siempre! y La Garrapata, así como en los diarios El Clarín y El Universal.
Hombre de pocas palabras, fue un crítico sin concesiones de presidentes de la república, gobernadores y políticos en general.
Para la edición de Proceso que empezó a circular el pasado domingo 6 de noviembre, Naranjo entregó los que serían sus dos últimos cartones.
El primero se publicó en la página 5 para ilustrar la sección Nuestros colaboradores tienen la palabra (II), en el que dibujó a un empresario leyendo Proceso al revés y al que hace decir: Yo sabía que esta revista da la información alrevesada.
Y el segundo, en la página 39 bajo el título Rumbo a la elección, en el que recreó la célebre obra El Grito del pintor noruego Edvard Munch, pero con una caricatura del ahora presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
“Hombre de batallas en la soledad”: Scherer
“La introversión armó a Rogelio Naranjo, hombre de batallas en la soledad. Espíritu libre, caricaturista sorprendente, no se ha confundido en la tarea de tantos años. Ha errado el tiro, por supuesto, pero ha tenido la mira bien puesta a la hora de disparar contra personas llamadas a la responsabilidad más alta y ayunos del deber cumplido”.
Así describió don Julio Scherer García en el libro Los Presidentes en su Tinta a Rogelio Naranjo, colaborador y fundador de la revista Proceso, uno de los grandes cartonistas políticos de las últimas cinco décadas, que falleció la noche del 11 de noviembre, a los 79 años, víctima de un paro cardiaco.
Naranjo representó el faro para más de tres generaciones de caricaturistas políticos en México. Desde la década de los sesenta, en plena edad de oro del autoritarismo mexicano, Naranjo formó junto con Eduardo Rius y Helioflores, una especie de santísima trinidad o trilogía del gran cartón político, que describió como pocos la tragedia de la sociedad mexicana y retrató los excesos hasta autoparodia de la élite que ha gobernado este país.
Con su trazo perfecto, su capacidad extraordinaria de síntesis y de humor elegante, ácido, Naranjo también fue un artista contemporáneo, crítico de la desigualdad y las trampas de la modernidad.
Hombre de izquierda que apoyó al Movimiento de Liberación Nacional y a la fundación del Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), dirigido por Heberto Castillo, su amigo y líder durante muchos años. Cómo no recordar la primera campaña electoral del PMT, en 1985, con los cartones de Naranjo por todo el país y la frase: “salario mínimo al presidente, para que vea lo que se siente”.
Colaborador de decenas de publicaciones, Naranjo y sus cartones resumían cada semana en las páginas de la revista Proceso la situación del país, de sus excesos y sinsabores.
Reacio a las entrevistas, de hablar pausado y de una inteligencia voraz, Naranjo nos dejará para siempre su gran legado: una obra abierta que es la crónica de la larga agonía del autoritarismo mexicano.
(Con información de Proceso)