Sergio Aguilar / / Viernes 11 de noviembre del 2016
Los aseadores del calzado, boleros o también llamados betuneros, como se les conoce comúnmente, siguen siendo personajes tradicionales del centro de la ciudad, y durante muchas décadas han formado parte de la vida cotidiana.
La actividad del bolero es uno de los oficios de antaño, cobró auge en México en los años cuarenta, ya que en aquel tiempo los caballeros no entraban a las pistas de baile sin antes dar lustre a sus zapatos, ya que esto representaba un alarde de galanteo hacia las damas.
Actualmente, los boleros o limpiabotas, como les decían en aquellos tiempos, continúan presentes en las calles céntricas luchando contra la adversidad, pues esta actividad ya no es tan requerida como hace algunos años.
Un oficio que lucha contra la adversidad, la actividad tan representativa del pueblo aún brilla, pero cada día es menos demandada, la gente ya no acude como lo hacía antes a bolear sus botas y zapatos, y menos aún las nuevas generaciones, ya que prefieren usar tenis por comodidad o por andar a la moda.
¿Quién ha visto a un joven sentado en una silla de bolero aseando sus zapatos? Aunado a esto se encuentra la competencia que provocan los productos modernos que venden en el mercado, los cuales pueden ser utilizados en varias ocasiones por muchas personas que desconocen que estos productos no siempre conservan en buen estado la piel del calzado.
“Este trabajo desaparecerá algún día porque hay productos nuevos que utiliza la gente; además, la actividad está muy crítica; en toda la semana realizamos dos o tres boleadas diarias, cuando mucho cinco, a veces ni los sábados ni los domingos tenemos trabajo", comentó Ignacio Islas Salazar, bolero del zócalo del puerto de Veracruz.
Islas Salazar con más de 20 años ejerciendo la actividad, ve como ésta cae cada vez más, al grado de llegar a desplomarse en un 50 por ciento en estas fechas con respecto a las del año pasado.
Ignacio tiene 48 años de edad, y 20 de estar laborando como bolero en las calles céntricas de la ciudad. Durante todo este tiempo dice haber tenido vacaciones en dos ocasiones durante el año 2005, pero a cómo está la situación económica, comenta que este año no saldrá.
Este año no voy a salir porque está muy duro, no hay trabajo, voy a esperar, si no me funciona este trabajo, voy a tener que bajar los precios de la boleada, cinco pesos con crema y 15 con tinta y grasa, yo también soy carpintero", expresó afligido.
¿Te alcanza lo que ganas para mantener a tu familia? Esto no es para hacerse rico, es para vivir, pero sí, de aquí saco para darle de comer a mi familia, y los estudios a mi niña más grande que ya está en el kínder.
¿Nunca has trabajado en otra cosa? Si antes trabajaba la madera, la carpintería eso era lo mío, pero acabe en la boleada, hacia muebles, pero la competencia esta fuerte, y aquí el viejo me dejo en la silla.
¿Has boleado a alguien famoso? A los funcionarios de palacio municipal, alguno que otro alcalde, personas creo del gobierno del estado, pero no los conozco a todos, imagínate ver a esas personas bolearse como cualquier otra.
Cuando se habla de boleros, generalmente se piensa en hombres analfabetas o con un nivel mínimo de educación; sin embargo, no es así, en esta actividad muchos se han pagado sus estudios "dando bola" a los zapatos de extraños.