Excelsior / Ciudad de México / Sabado 5 de noviembre del 2016
Cruz Azul fue ajeno a su estadio, un visitante en un lugar donde todo el torneo, a pesar de los malos resultados, tuvo mayoría y jugó como local. Silbidos, camisetas negras y cientos de aficionados del Pachuca, que viajaron la capital en más de 30 camiones, le jugaron en contra durante los 90 minutos, en un partido en el que, si bien empezó perdiendo, vino de atrás para llevarse el triunfo.
Dos años y medio sin liguilla y 19 sin un título de Liga está por sumar La Máquina a final del semestre, con un equipo partido y sin idea, que tiene pequeñas disputas entre compañeros cada vez que hay un error y que ayer, no obstante, mostró por primera vez el mismo grado de esfuerzo a nivel colectivo.
En principio, los Tuzos habían confirmado su posición en la competencia, jugando a lo suyo y sin subestimar el momento. Con triangulaciones, jugadas individuales de Hirvig Lozano o Franco Jara, la línea defensiva del cuadro celeste pasó momentos difíciles, en los que un pelotazo o una falta servían como única respuesta.
El Chaco, del otro lado, como siempre que la presión está encima volvió a dar la cara: corrió, recuperó, pidió el balón en los tiros libres y mantuvo con vida a su equipo (25'), luego que Víctor Guzmán había puesto el primer gol del encuentro con un riflazo de derecha (20').
A partir de eso, La Máquina mejoró en actitud y se aventuró a buscar el triunfo, con todo y la diferencia de nivel que mostraron los hidalguenses cada vez que tuvieron espacios. Los mayores gritos de aliento vinieron de la tribuna visitante, copada por aficionados del Pachuca que apretaron y se hicieron sentir como si estuvieran en casa.
En cuanto al planteamiento del técnico Joaquín Moreno, la ausencia de los extranjeros Joffre Guerrón, Aldo Leao Ramírez, Ariel Rojas y Jonathan Cristaldo llamó la atención desde el inicio, aunque dio resultados.
Un centro por la derecha de Joao Rojas y un remate de cabeza del paraguayo Jorge Benítez (74') sellaron la remontada de La Máquina, a puro golpe de orgullo. En tiempo de compensación, Cristaldo, que entró de cambio, salió el expulsado por una barrida por detrás.