Veracruz, Ver.

     
De un plumazo


Informe de odio

Martes 14 de Noviembre del 2017

La democracia costó “un ojo de la cara” a los veracruzanos.
Hartos de una corrupción delincuencial que alcanzó niveles de cartel mafioso, le abrieron la puerta a la alternancia.
En la docena trágica vivían enojados ante el dispendio criminal que dinamitó la vida productiva, la proveeduría, el desarrollo económico y la vida colectiva en general.
Ahora, el enojo social transmutó en miedo.
La amenaza es una constante de gobierno. En los nuevos tiempos bienales, la política se circunscribe al estás conmigo o estás contra mí.
Y si es lo segundo, si la postura es crítica u opuesta al dictado oficial, la justicia administrada por un fiscal oficioso y faccioso, cae como una espada apocalíptica sobre quien se atreva a disentir.
Nadie alza la voz.
Después de Hernán Cortés, el ambiente es de zozobra, los empresarios, temerosos, tienen que asentir, levantar la mano, declarar dientes afuera que “aquí no pasa nada”.
Y es cierto. No pasa nada.
Por ello es rescatable la frase del presidente del Consejo Coordinador Empresarial, José Manuel Urreta Ortega, quien definió las acciones u omisiones de la yunicidad: “que pudiera hablarse de corrupción” es “porque no han hecho nada”.
Bueno, sí han hecho algo: escarbar en el discurso monotemático de las tropelías del duartismo.
Sobre eso versará el primer informe.
Qué vergüenza para los veracruzanos.
Seguimos en la licuadora de odios, pasiones y vendettas.