PAN

Sabado 7 de Octubre del 2017

El Partido Acción Nacional se infectó con la practica tribal, perniciosa, del PRD.
En el PAN todos quieren ser generales, nadie que tomar la matraca, todos se rehúsan a untar el engrudo en la pega de pendones de los futuros candidatos.
Ricardo Anaya está encebado. Ya probó que dirigiendo un partido político se puede enriquecer impunemente.
Margarita Zavala presionó -manejada por Felipe Calderón-, hasta que reventó la liga.
Sabía que los grupos de poder no la dejarían llegar hasta diciembre para elegirla candidata presidencial.
Por eso, jugó su juego: dividir al PAN.
Ahora las lealtades, amarradas con la soga de los compromisos y las posiciones, se han terminado.
Ahora, los gobernadores del PAN serán los mandones, caciques que designarán candidatos a senadores, diputados federales, legisladores locales, presidentes municipales y demás ediles.
Ricardo Anaya negociará en metálico su permanencia en la dirigencia, sabedor que el PAN no tiene ya, posibilidad de maniobra de ungimiento de candidato en el Frente Amplio Democrático.
Las alianzas pactadas a priori, se han roto.