Veracruz, Ver.

     
De un plumazo


Quemar pólvora

Jueves 29 de Junio del 2017

El gobernante se siente sólo, descobijado, deprimido, con la estamina baja si no está peleando por algo o con alguien.
La irrupción de un Javier Duarte de Ochoa, delirante, mordaz, pagado de sí mismo como Jack Torrance, de la película El Resplandor, interpretado por el no menos esquizofrénico Jack Nicholson, ha sido una castaña en las brasas.
Está en su elemento el gobernante que trabaja en una imagen de fajador, peleador callejero, chico temido del barrio, echado pa’lante, como un talibán tropical.
Decíamos en entregas pasadas que Javier Duarte es un peón en el ajedrez del sistema que sabe operar, apretar tuercas, sobre todo a quienes han transitado en sus cañerías.
El gobernador Miguel Ángel Yunes es parte de este sistema, sólo que ha cambiado de túnica.
Aquí lo grave es que ambos pueden despedazarse epistolarmente, tratando de limpiar sus ropajes con el discurso de la honestidad; pero los 8 millones de veracruzanos quieren un gobernante que gobierne, que planee, que ejecute.
Ya han transcurrido siete meses de quemar pólvora en infiernos inútiles.