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CIENCIA Y TECNOLOGíA


La capa de ozono comienza a recuperarse



Muy Interesante / Estados Unidos / Martes 9 de enero del 2018

Hace unos 460 millones de años, algo extraño comenzó a pasar 50 kilómetros más arriba de la superficie de la Tierra. El oxígeno de la atmósfera, gracias a la radiación solar, comenzó a dar lugar a un gas llamado ozono, que empezó a formar una capa en torno al planeta Tierra. Unos 120 millones de años después, esta capa fue lo bastante gruesa como para absorber la radiación dañina del Sol y permitir a los seres vivos comenzar a colonizar el terreno, que hasta el momento se habían limitado a vivir en el entorno seguro del océano.

Muchos millones de años más tarde, la actividad industrial y tecnológica de cierta especie, el ser humano, comenzó a degradar gravemente los ecosistemas planetarios. Al mismo tiempo, la emisión de gases de efecto invernadero que ocasiona el aumento global de las temperaturas (cambio climático) junto con la destrucción de la capa de ozono comenzaron a preocupar a científicos y gobiernos de todo el mundo.

No obstante, ahora, por primera vez, los científicos han demostrado, a través de observaciones de satélite directas del agujero de ozono, que los niveles de los gases que destruye el ozono están disminuyendo.

Parece que la prohibición internacional de productos químicos que contengan clorofluorocarbonos, conocidos por sus siglas CFC, ha dado sus frutos: se ha reducido en un 20% el deterioro de la capa de ozono durante el invierno antártico que en 2005, el primer año que las mediciones de cloro y ozono fueron realizados por el satélite Aura de la NASA. Al menos, así lo han confirmado los científicos en un estudio publicado por la revista Geophysical Research Letters.

"Vemos muy claramente que la cantidad de cloro de los CFC está disminuyendo en el agujero de la capa de ozono y que, como consecuencia, está disminuyendo el desgaste del ozono", según la autora principal Susan Strahan, científica atmosférica del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland.

Estudios anteriores han utilizado análisis estadísticos de los cambios en el tamaño del agujero de la capa de ozono para confirmar que el agotamiento del ozono está perdiendo ritmo. Pero este estudio es el primero en usar medidas de la composición química dentro del agujero de ozono para confirmar que no solo está disminuyendo el agotamiento del ozono, sino que la disminución es causada por la disminución de los CFC.

El cambio en los niveles de ozono sobre la Antártida desde el comienzo hasta el final del invierno austral, desde principios de julio hasta mediados de septiembre, se calculó a diario cada año entre 2005 y 2016. "Durante este período, las temperaturas antárticas son siempre muy bajas. La tasa de destrucción del ozono depende principalmente de la cantidad de cloro que haya", indican los investigadores en el estudio.

Así, los científicos observaron cómo se está perdiendo menos ozono, pero necesitaban saber si la disminución de los CFC era responsable.

Cuando la destrucción del ozono ocurre, el cloro se encuentra en muchas formas moleculares, la mayoría de las cuales no se miden. Pero después de que el cloro haya destruido casi todo el ozono disponible, reacciona con metano para formar ácido clorhídrico, un gas que sí se puede medir.

El óxido nitroso es un gas de larga duración que se comporta como los CFC en gran parte de la estratosfera. Los CFC están disminuyendo en la superficie, pero el óxido nitroso, no. Si los CFC en la estratosfera están disminuyendo, con el tiempo, se debe medir menos cloro para un valor dado de óxido nitroso. Al comparar las mediciones de ácido clorhídrico y óxido nitroso cada año, se determinó que los niveles totales de cloro disminuían en promedio en alrededor de 0.8 por ciento anual.

"Pero aún no vemos una clara disminución en el tamaño del agujero de ozono porque eso está controlado principalmente por la temperatura, que varía mucho de un año a otro", alertan los investigadores.

Lejos de la recuperación total

A pesar de las noticias halagüeñas, el daño infligido a la capa de ozono no es tan fácil de reparar.

De cara al futuro, el agujero de la capa de ozono antártico debería continuar recuperándose gradualmente a medida que los CFC abandonan la atmósfera, pero la recuperación completa llevará décadas.

"Los CFC tienen una vida útil de 50 a 100 años, por lo que permanecen en la atmósfera durante mucho tiempo", según Anne Douglass, científica atmosférica y coautora del estudio. "En lo que respecta al agujero de ozono, estamos calculando para los años 2060 o 2080. Y aun entonces, podría haber un pequeño agujero".

¿Qué son los CFC?
Los CFC son compuestos químicos de larga vida que eventualmente se elevan a la estratosfera, donde son separados por la radiación ultravioleta del Sol, liberando átomos de cloro que destruyen las moléculas de ozono. El ozono estratosférico protege la vida en el planeta mediante la absorción de la radiación ultravioleta potencialmente dañina que puede causar cáncer de piel y cataratas, suprimir el sistema inmunológico y dañar la vida de las plantas.

Finalmente, si la capa de ozono resulta lo bastante dañada, la vida sobre la Tierra, sencillamente, no sería posible.

Dos años después del descubrimiento del agujero de la capa de ozono en la Antártida en 1985, las naciones del mundo firmaron el Protocolo de Montreal, relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono, que regulaba los compuestos que agotan la capa de ozono. Reformas posteriores al Protocolo de Montreal eliminaron completamente la producción de CFC.