Veracruz, Ver.

     
Silverio Quevedo Elox




En la mira

Tiembla el frente en Veracruz



Martes 12 de Diciembre del 2017

Las últimas informaciones que se han generado en la política estatal podrían cambiar el escenario electoral con miras a la que han dado en denominar la madre de todas las batallas. Y es que incluso, esto podría generar cambios o impactar en la elección presidencial, si la contienda se fracciona.

Como es sabido, Veracruz reviste especial importancia para la disputa por Los pinos si se toma en cuenta que en la entidad son más de 8 millones de habitantes con un padrón de 5 millones y medio de electores que son casi el 7 por ciento del total del registro de electores y el tercer lugar nacional en votantes.

Por ello, se han dado al menos dos noticias que podrían modificar las condiciones previas y futuras para la contienda venidera donde se elegirán Presidente de la República, Senadores, Diputados federales y, en la entidad, diputados locales.

Una; la incorporación o registro del empresario Ricardo Ahued, ex priista, como aspirante al Senado por el partido MORENA. El líder de ese partido en la entidad, Manuel Huerta habló por él en el sentido de que ya había presentado su renuncia al PRI, pero lo cierto es que desde hace varios meses y al ver cerrado su campo de acción, y sin un futuro garantizado de triunfo, Ahued ya tenía no uno, sino los dos pies fuera del tricolor.

El tema no es tanto si Ahued va a la Senaduría como segunda fórmula pues la Primera es para la sureña diputada federal, Rocío Nhale, quien no quiso desde un inicio abanderar la causa por la gubernatura pensando quizá que desde el Senado será más fácil incorporarse al gabinete de Andrés Manuel de llegar a la Presidencia.

El punto es que con Nahle y Ahued en busca de un escaño en la Cámara Alta, entonces queda confirmado que quien repetirá, como desde un principio se dijo, el diputado federal Cuitláhuac García en busca de lograr más del millón de votos y seguramente llegar al Palacio de Gobierno.

Es donde el contexto político electoral se transforma y empieza a alcanzar niveles altos de competencia, que la muestran más que interesante, pues hay que recordar que en la pasada elección para Gobernador en el 2016 como partido MORENA se alzó en primer lugar con más de 800 mil votos, pero el PAN y PRD obtuvieron el triunfo porque sumaron los 800 del primero y aproximadamente 150 mil votos del Sol Azteca, mientras que el PRI y Verde alcanzaron casi 930 mil sufragios, en coalición. Es decir, MORENA como partido obtuvo más de 800 mil votos, mientras que PAN y PRI, menos de 800 mil respectivamente.

Esto hará que esta nueva contienda y con el empuje o inercia que trae la campaña presidencial en este caso MORENA, con el mismo candidato pero con la presencia de AMLO en las boletas, las coaliciones valoren una cercana derrota.

Por otro lado, el Movimiento Ciudadano MC, de Dante Delgado que conforma junto con el PAN y PRD el Frente para buscar la Presidencia parece no estar muy decidido a apoyar la idea de ir juntos en busca de la gubernatura.

Dante dijo en entrevista con el periodista Ramsés Zorrilla anoche que el acuerdo es para las elecciones federales, es decir, diputaciones, senadurías y la propia Presidencia. De eso no hay duda, pero que respalden la gubernatura en Veracruz, esa está por verse. Se trata pues del comportamiento en las aldeas, condiciones y pronósticos, así que esto poner a pensar a los del PAN y PRD, en que se trasladará el mismo pacto a la entidad y les podría dificultar ir en “caballo de hacienda”.

Y es que un caso específico se produce en Jalisco por ejemplo, donde solo el MC, le aportaría un millón de votos al Frente para la Presidencia. Pero no así para las estatales, tan no está convencido de una alianza que el alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro que ganó bajo estas siglas, ha decidido postularse a la gubernatura pero sin aliarse con Acción Nacional ni el PRD.

Este escenario podría darse en Veracruz sin duda, lo que empieza a generar nerviosismo entre propios y extraños. La madre de las batallas será histórica y alcanza el más alto grado de complejidad para todas las corrientes políticas.