Veracruz, Ver.

     




El teléfono descompuesto; falla de origen…(¿Qué pasó ahí?)



Viernes 22 de Septiembre del 2017

Ayer comentaba del renacer o revivir del México esencial; ese solidario que sacudido hasta el alma, salió de su zona de confort y se sumó a los esfuerzos conjuntos para tratar de ayudar a sus hermanos.

Pero ¿qué ha pasado en medio de todo el innumerable número de daños y afectaciones?

Las imágenes saturando las redes sociales nos compartían escenas de decenas, cientos, miles de personas esforzándose por ayudar o tratar de rescatar de entre los escombros a sus familiares o sobrevivientes en general; sin embargo también como primeros respondientes a la emergencia en esos escenarios, mas no precisamente de la mejor manera; lo cual es entendible dado que no todos contamos con la capacitación requerida o pertenecientes a brigadas de búsqueda y rescate, primeros auxilios, etc.

Han pasado ya 32 años de aquel terremoto que sin duda nos dejó honda huella como mexicanos. Sin embargo esa experiencia tan dura pareciera no haber dejado la enseñanza debida… a ¿qué me refiero?, fue debido a esto que en nuestro país se creó el Sistema Nacional de Protección Civil, que sostiene: “no siempre podemos predecir cuándo, dónde, o cómo se va a presentar una catástrofe. No podemos modificar los ciclos naturales del planeta, pero podeos mitigar los riesgos estando alertas para responder con rapidez, oportunidad y eficiencia ante cualquier contingencia. La protección Civil se ha convertido en un valioso mecanismo para poner a salvo miles de vidas. La clave para lograrlo es la prevención del riesgo.

Es necesario facultar a la población y a las autoridades en medidas de autoprotección y de adaptación para convivir con los riesgos”…

Inundación, incendio, huracán, terremoto, etc., cada una de estas son situaciones que se presentan en cualquier momento de la vida, aunque algunas tienen de manera cíclica en un determinado período como pueden ser las lluvias y huracanes, que por cierto cada vez parecieran más diversos e incluso violentos o extremos, como también lo han venido mencionando estudiosos del tema en relación a las consecuencias del calentamiento global, nos guste o no, aquí están las consecuencias.

Pero entonces ¿qué hemos hecho en todo este tiempo? Sabemos que se han realizado simulacros en casi todo el país, hay empresas que se preocupan y ocupan en la capacitación de su personal con brigadas de primeros auxilios, y en algunos casos hasta de bomberos, búsqueda y rescate, etc., más no todos ni en el mismo nivel.
Además de esto, para acudir en ayuda o apoyo a alguien No es suficiente tener la “buena voluntad” de hacerlo; es preciso tener la capacitación para hacerlo. Sí, aunque suene cruel o incongruente, y hablo específicamente de técnicas de primeros auxilios así como técnicas de búsqueda rescate, evacuación, etc., por sencillo que esto parezca, no siempre el primer impulso resulta ser la mejor opción.

Ciertamente, ante una emergencia y con el espíritu solidario el impulso o ansiedad de ayudar puede multiplicar un accidente o daño, por ejemplo en una habitación o edificio en donde se presume que haya una fuga de gas (por el olor), no basta querer entrar y cerrar el cilindro, es necesario saber que es altamente peligroso ingresar a un área con una atmosfera peligrosa como lo es una alta concentración de gas, ya que existe el riesgo de un incendio o explosión, pues el fuego se compone de elementos como lo son el oxígeno, un combustible y un aumento de temperatura, que unidos en la proporción adecuada provocan el fuego, que dependiendo de la integración de estos puede detonar un incendio o explosión. Así una persona puede ingresar a esta área y por ejemplo, al no poder ver bien activar un apagador de luz, lo cual provoca una chispa, y en consecuencia provocar un accidente de graves consecuencias.

Ahora bien, un sismo como el vivido en estos estados con las ya sabidas consecuencias es una emergencia mayor que requiere de muchos especialistas y la coordinación de los esfuerzos que aunados a los miles de voluntarios por supuesto que son muy valiosos para aportar una gran ayuda en la colaboración y obtener el mejor provecho de la unión redimida de los mexicanos.

Pero el tema “Frida” pareciera haber nublado el gran logro de la suma de esfuerzos y buenas voluntades de este mi México lindo y querido.

¿Qué fue lo que pasó?

Los primeros en responder ante los colapsados edificios, escuelas y demás, fueron ciudadanos comunes, no precisamente especialistas en respuestas a emergencias, y eso por su puesto que es bueno, pero ¿qué pasa ante un tremendo sismo como este?...

Se necesita de la aplicación de un Plan de Administración de Emergencias, el establecimiento de un comando unificado, que comprende brigadistas de diferentes áreas, pero dentro de este grupo debe estar contemplada la figura de un comandante general de la emergencia, capaz de atender y resolver las acciones en una Crisis, y esto a su vez comprende la planeación, organización, dirección y control.

Se dice fácil, parece muy burocrático el esquema, pero solo así es posible lograr el manejo de la crisis a través de un sistema ; pero en medio de este tipo de esquemas existe una figura medular de la administración de la crisis; la co-mu-ni-ca-cion… nada más importante en cuanto a responsabilidad después del coordinador general o comandante de la emergencia, una sola fuente de información al interior de la organización o comando y de este hacia el exterior, sea para el abastecimiento de las herramientas, insumos o accesorios necesarias para los brigadistas, así como transportes, y actividades de logística y recursos en general, lo mismo que la emisión de noticias y/o boletines en referencia de las actividades realizadas o por realizarse.

De lo contrario se puede generar un “teléfono descompuesto” con la consecuencia de una situación caótica que lejos de aportar a la causa complique las operaciones.
“Frida”, ¿existe, no existe?...
Yo considero que este fue un efecto de tremenda falla de origen, urge un administrador de la información.
Por otra parte y tratando de abonar a la cultura de la protección civil, recordar que es preciso dominar las pasiones, impulsos o arrebatos, y dar lugar que dirijan las acciones los especialistas en los temas de búsqueda, rescate, primeros auxilios, servicios médicos, y quienes tienen la especialidad en maniobras de remediación de daños.

Es desesperante cuando tienes un ser querido extraviado, atrapado o desaparecido, lastimado, etc., ¿Quién no desea escuchar o saber que su familiar, amigo, o semejante está vivo debajo de todos esos desechos y pesados escombros?, y si a esto le sumamos los efectos de cansancio físico y psicológico, ansiedad, angustia, una serie de ingredientes que sumados en consecuencia pueden generar cualquier tipo de rumor o deseo más que mal intencionado, abonado por la esperanza de una buena noticia en medio del dolor y la incertidumbre.

Control emocional se requiere, ¿es muy difícil esto? Sí, lo es, pero por difícil y duro que parezca, actuar por mero impulso o solo la buena voluntad, no es garantía de realizar actos seguros, que lejos de mitigar los riesgos puede poner la vida propia y las demás en peligro.

¿A poco no se notó una gran diferencia cuando las tropas y cuerpos de auxilio arribaron a las zonas afectadas?
Y ¿por qué fue?, ellos ya están organizados y muchos ellos ya son brigadistas en alguna o varias disciplinas.
Por cierto para todos aquellos que maldicen o critican a la figura presidencial en nuestro país (México), él es el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, él ordena la asistencia y actuación de los planes DN III y Marina.

Eso binomios caninos de gran valía que llegaron de las corporaciones militares, bomberos, brigadistas, topos, etc., tantos de diferentes rincones de nuestro país, así como extranjeros han robado la atención de todos nosotros.

Por cierto, en una atención a emergencias, por diferentes causas o motivos se puede retirar a las personas de las áreas afectadas en atención a priorizar la seguridad más que por caprichos es ante todo por seguridad, siempre es la seguridad la que debe imperar, incluso de los propios brigadistas o especialistas.

Ánimo México, aún faltan muchas tareas por realizar, que no sean estas cuestiones las que nos hagan rendirnos, estamos aquí y ahora frente a este reto y en definitiva México creo en ti.



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