Veracruz, Ver.

     
Juan Gabriel Metinides




Vida oculta

Parásitos oníricos



Jueves 30 de Marzo del 2017

Soñé que trabajaba en domingo. Que desgracia Dios mío. En los vapores del sueño recordé una frase filosófica de un trovador trasnochado: “mira que será dañino el trabajo que tienen que pagarte para que lo hagas”.

Reí a carcajadas, hasta que la saliva se me atoró en el gañote. Me desperté, tomé un sorbo de agua y seguí el curso del sueño.

Resulta que hacía antesala en la oficina del flamante director de pesca en el bienio del yunato, Joaquín Sosa Herrera, perredista curtido en el mar, como Chanoc.

“Quinín” bueno para el palangre, el chinchorro, el trago y las viejas, salía de una reluciente oficina, diáfana, iluminada, con pisos bruñidos como bola de billar, cerraba el pomo del picaporte color oro reluciente, como hebilla de marino, y me decía a bocajarro:

- Juan Gabriel, desde hoy el señor gobernador me ha instruido -lenguaje aprendido, institucional, acartonado- que te tome la protesta como nuevo subdirector de pesca.

- No succiones-, pensé en mis adentros. Lo único que he pescado en mi vida son amores descarriados en las cantinas.

No iba vestido para la ocasión. Los fotógrafos de Comunicación Social del iraquí Elías Assad esperaban, prestos, a las vivas, para sacar las fotos y subirlas a la supercarretera de la información. Claro, era un sueño. Elías es la antítesis de un comunicador.

- Pinche “Quinín, no traigo saco-.

- No te apures, aquí te presto uno-.

Acto seguido, ordenó a un achichincle que sacara un blazer del closet de la oficina.

Parecía un chofer de ADO -chingue a su madre, pensé- ya ligué hueso con el yunato.

El puto sueño parece premonitorio, como los que soñaba la abuela gorda como una ballena blanca cuando Eréndira la bañaba con agua de hierbas aromáticas; no Indira, la súper secretaria de Sedesol, enamorada de un iraquí que le regalaba naranjas en cuyo centro escondía diamantes.

El gabinete de la yunicidad está repleto de puros improvisados, buscachambas, playboys, hipsters, mirreyes, juniors que sueñan con gobernar a esta horda de ignorantes y agachones que habitan ciudades, pueblos y caseríos en este infierno llamado Veracruz.

Así que si a un pobre diablo como yo, me ofrecen una chambita en pesca, la acepto, pensé en el sueño.
Cuando desperté, ¡triste realidad! Solo había sido un sueño.

Sólo había alcanzado a cobrar dos quincenas como funcionario público que iba de La Trocha a Camaronera en un Tsuru blanco, con chofer.

Hoy me entero que nuestros diputados, con la honrosa excepción de Morena, le quitan el subsidio al pasaje a los estudiantes y personas de la tercera edad.

Me dieron ganas de mentarles su madre.

Tienen mierda en la cabeza.

Ese es el cambio que nos prometieron.

El pueblo que se joda.

Ya, duérmete mejor, Juan Gabriel. Por lo menos en tus sueños eres el rey de los pescadores.